COMUNISMO
POST MURO
El comunismo ha sido el régimen político más dañino
y sangriento en la historia de la humanidad. Cientos de millones de muertos,
torturados, desplazados y personas convertidas en seres inanimados, para los
que la libertad ni siquiera es un concepto, porque no pueden concebirla. Qué
triste y qué desastre. Y qué ilógico y absurdo que a estas alturas siga
habiendo gente que defienda estas posiciones, ya sea por ignorancia o por
malicia. Suelen ser pseudo-intelectuales bien colocados o subvencionados con
generosidad. Seguro que no les gustaría ser un proletario en un régimen
comunista, véase Cuba o Venezuela, donde se mueren de hambre; ser dirigentes y
tener todos los privilegios que siempre han tenido los miembros destacados del
partido, sí les gustaría. La caída del muro de Berlín que intentaban saltar
todos los de oriente hacia occidente y ni uno al revés, les obligó a cambiar el
discurso. El suyo original era indefendible. Tuvieron que apropiarse de causas
que les sirvieran para subsistir y colocarse en partidos, sindicatos,
fundaciones, ONG, etc., todo regado con dinero público; se trata de cobrar y no
hacer nada productivo. Asumen causas justas que no son suyas, que incluso son
perseguidas por los países comunistas y que cualquiera, con independencia de su
ideología, defendería por sentido común. Ellos las radicalizan, como la
ecología, el feminismo, la inmigración, la libertad de opción sexual, etc. Sin
ninguna autocrítica, se convierten en comisarios políticos ocupados en señalar
a los que no piensan como ellos, que claro, todos son fachas.
Artículo publicado en el periodico Mediterraneo el
30 de septiembre de 2019
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