NOU A PUNT
La TV al estilo clásico
está agonizando, la gente pone en su Smart TV, en su ordenador o en su ipad o
móvil, el programa, serie, película etc
que quiere, no lo que le echan. Los tiempos han cambiado y lo que triunfan son
las grandes plataformas digitales con contenidos y no los canales clásicos que
tienen los días contados. A pesar de ello dirigentes obtusos se empeñan en
criterios anticuados y ruinosos.
Las televisiones públicas no van más allá de un pesebre para colocar amiguetes, publicitar al
gobierno autonómico de turno, a veces hasta extremos vergonzosos y sobre todo
son pozos sin fondo de gasto descontrolado. Tienen un número exagerado de
trabajadores frente a canales privados y mínimas audiencias. En esta conyuntura
tras el cierre de Canal 9, irrumpió A Punt, con un modelo agotado y con una vocación partidista exagerada
a la par que inútil porque ni los seguidores de los protagonistas lo siguen. Su
directora Empar Marco, ex delegada de TV-3 no tenía ninguna experiencia como
gestora y peor no lo ha podido hacer, 60 millones de gasto y cuantiosas
pérdidas. Como será el desastre que hasta los suyos, la quieren tirar. Es
imposible sintonizarla ni un ratito con interés. Menos del 1% de audiencia. Ni
siquiera han revitalizado el sector audiovisual de la Comunidad como sería su
obligación y solo han contratado a unos pocos validos y a muchos con carnet. Ha
desperdiciado el tiempo y las ilusiones de los crédulos. Repite los mismos
errores que su antecesor, derroche, servicio del poder, de la manipulación
política y de los compromisos de turno.
Artículo publicado en
el periódico Mediterráneo el 8 de julio de 2019
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