lunes, 11 de febrero de 2019

SU PROPIA MEDICINA


SU PROPIA MEDICINA

El acoso o abuso sexual es absolutamente inaceptable y debe ser sancionado con la aplicación rigurosa de la ley. La situación se produce por cualquier comportamiento verbal, no verbal o físico no deseado, de índole sexual con el propósito de atentar contra la dignidad de una persona obteniendo favores sexuales. Se  le intimida o se le prometen cosas para que ceda. Es hostil, degradante, humillante y ofensivo. Y afecta a todos los sexos, pero mayormente a las mujeres. Suele ocurrir en el mundo laboral, en las relaciones de subordinación, donde se amenaza con despidos o se premia con ascensos. Está penado en la mayoría de los países. Frente al acoso no hay que dejarse intimidar, mantenerse firme en la negativa, no dar el mínimo pie y denunciar lo antes posible, mejor que años después. Pero que sea verdad, porque el aprovecharlo para dañar a otro impunemente es todavía peor, con ese vil comportamiento se perjudica al inocente implicado y a todos los que lo sufren de verdad, que ven cómo pierden credibilidad. Y el colmo es denunciar que se ha sufrido de otros y hacerlo uno mismo. Parece ser que es el chocante caso de Asia Argento, una de las creadoras del movimiento #MeeToo, cuya indignación por su mala experiencia no le impedía abusar de un menor de edad. Queda bien sumarse a lo políticamente correcto, a la moda y más, si es justa como en este supuesto. Pero no, ser un hipócrita, ejercer el comportamiento que se denuncia y algún caso habrá que en lugar de recibir abusos, se hayan provocado para subir escalones. Acoso no, aprovechados tampoco.
Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo el 11 de febrero de 2019

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