MÁS POR MENOS
Mediterráneo, 19 de enero de 2012
Como aquí
todo el mundo prejuzga, yo haré lo mismo, y me refiero al que parece ser el
juicio más largo de la historia por menos causa, a los famosos trajes. En lo
que respecta a Ricardo Costa, hijo de Castellón y defensor a ultranza de la misma,
yo lo juzgo inocente. Aunque sus seis semanas de calvario, con el circo
mediático y la reiterada reproducción de cintas de su vida personal que nada
tienen que ver con lo que se juzga, no se las quita nadie. Un jurado que es una
lotería, un juez ex-cargo político de Lerma, y tres fiscales pertinaces, tres,
cosa extrañísima, en una causa que en el peor de los casos acaba en multa. Para
ello cientos de miles de euros gastados, 90 testigos, 13 peritos, 19000
páginas, 56 tomos. Todo ese potencial estaría mejor empleado en juicios a
terroristas o asesinos de niños, que sólo tienen un fiscal y cuya causa se
sustancia en pocos días. Y la inocencia la baso: en la Constitución, que exige probar
la culpabilidad, en los inspectores del Agencia Tributaria que dijeron que no
se podía demostrar; en que la única relación con Orange Market era por su
condición de proveedor del PP, por tanto de derecho privado; en que el cargo de
Secretario General de un partido no es autoridad pública ni puede tomar
decisiones administrativas. En que la ropa de Milano, el sastre dijo que la
había pagado; la de Foreveryoung nunca se hizo, las medidas que no son las de
Ricardo, no hay ficha de cliente ni tickets de entrega, y su precio era de 2100
€, así que no se sabe de dónde ha salido la cifra de 4925 € que nadie, entre
tantos, ha comprobado; no hay ficha de cliente ni tickets de entrega; en que fue
sobreseído por unanimidad, en el TSJCV, y el TS lo usa para excluir a Bárcenas
y Merino con el argumento de que no es autoridad, ¿lo que vale en el Supremo no
vale aquí?
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