CIUDADANO
VERSUS ADMINISTRACIÓN
Como las cuentas no cuadran hay que reducir gastos y
aumentar ingresos. Para lo último nuestros gobernantes han decidido subir los
impuestos, supongo que no tendrían más remedio, sin embargo, está en contra de
su programa electoral, que parece no servir para nada salvo para que el
ciudadano pique, y puede ser una gran error porque está más que demostrado que
es pan para hoy y hambre para mañana, se ingresa más de modo inmediato, pero se
fomenta la economía sumergida, se detrae dinero del sistema y se recorta el
crecimiento. Para progresar es mejor rebajar impuestos porque así crece la
economía y se recauda más.
En cuanto a la reducción de gastos se están aplicando
medidas simples y grandes propósitos, aunque materializaciones pocas y eso sí
es un inmenso error. Lo que el ciudadano quiere y demanda ya es que la
administración adelgace, pero no un poco, sino radicalmente. Es injusto
exprimir siempre a los mismos mientras no se suprimen organismos duplicados,
con gastos exorbitados y utilidad más que discutible, asesores, consejos,
empresas públicas y demás entidades que quizá tuviesen sentido en un momento de
crecimiento, hoy sobran y no se pueden pagar, ahí está el ahorro de verdad, en acabar
con un derroche inútil, y con las subvenciones, el que no tiene no puede dar, a
nadie. Si las empresas se han adaptado, las administraciones también deben
hacerlo. Es el momento de ser valiente y acabar, a través de profundas
reformas, con situaciones heredadas. La administración está para servir al
ciudadano prestando los servicios básicos, no para colocar a gente que no se lo
ha ganado y que no produce. No se puede gastar lo que no se tiene. Eso es lo
que el pueblo quiere.
En mi opinión se puede decir más alto pero no más claro.
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