Mediterráneo, 15 de diciembre de 2011
MOVILADICTO
O TELEFONITIS
Eso es una
patología, no les quepa duda. Cuando vas por la calle y todos los de tu
alrededor están dale que te pego al móvil o en casa y tus hijos no paran de
teclear, es como una película de terror de autómatas. Los smartphones o
teléfonos inteligentes como el Iphone o la Blackberry (por cierto significa
grillete), las aplicaciones de sms gratuitos y las engañifas de las compañías
telefónicas, todas ellas, a las que sólo les interesa sacarnos el dinero y que
nos machacan a llamadas y ofertas, siempre con truco o falsedades, han
convertido a la juventud y a parte de los adultos en enfermos dependientes y
compulsivos, viven para el aparato. Tecleando sin parar, haciendo fotos para
colgarlas, trajinando, con los videojuegos, oyendo música, hablando. Si no lo
hacen pueden tener palpitaciones, sudores, nerviosismo, irritabilidad y
ansiedad, al hacerlo destrozan el idioma y su ortografía, olvidan lo que son
las relaciones personales, pierden autoestima, se vuelven inseguros y
agresivos, aumenta el fracaso escolar, disminuye la productividad laboral, su
comportamiento se altera, se aíslan y se vuelven más solitarios. En definitiva,
caen en un impulso incontrolable que es una adicción como cualquier otra. Como
todo problema tiene una solución, empezando por reconocerlo y tener voluntad de
arreglarlo, viene bien la ayuda de nuestras familias y amigos y en caso extremo
de profesionales. Un móvil es una herramienta útil pero no algo de lo que
dependamos y controle nuestra vida. Hay que resistir, hablar y comunicarse cara
a cara, jugar, leer y ser más personas y menos maquinistas.
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